Estrategias para desarrollar la psicomotricidad en edades iniciales
La Real Academia Española (2001) define a la psicomotricidad como “la relación entre dos elementos: lo psíquico y lo motriz, se refiere a la comprensión del movimiento y como estas capacidades motoras se relacionan con la mente”.
León (2017) y Berruezo (2003) recalcan la importancia que tiene la psicomotricidad en la educación infantil, sobre todo en los primeros cinco años de vida, por la gran interdependencia entre el desarrollo motor, afectivo e intelectual, además de permitir el conocimiento e interiorización del esquema corporal, mediante la exploración de los diferentes movimientos que puede realizar con el cuerpo.
Todas las actividades y estrategias psicomotrices deben permitir la participación activa y motivadora de los niños, utilizando materiales vistosos, llamativos e innovadores.
¿Cómo podemos estimular la psicomotricidad?
- A través del juego libre y dirigido el niño explora y se divierte mientras aprende: el juego de la casita, imitar roles, ir a la resbaladera o columpios del parque, búsqueda del tesoro, capitán manda, etc.
- El baile y los ritmos permiten conocer nuevas formas de movimiento.
- Circuitos motrices: son ejercicios realizados en forma secuencial: pasando obstáculos y cumpliendo consignas, para lo cual se puede utilizar objetos que tengamos en casa como sillas, mesas, bancos, ulas ulas, almohadas, vasos, etc.
- Los ejercicios de relajación y respiración permiten el autoconocimiento de las partes del cuerpo, se puede ambientar el espacio poniendo música y aromatizantes para que sea un momento ameno y divertido.
- Juegos tradicionales: el lobo feroz, lirón lirón, pato pato ganso, avioncito, etc.
- Imitación de movimientos: de animales, medios de transporte, posturas corporales, emociones, etc.
- Canciones motrices que permitan la interiorización del esquema corporal: las que se enseñan en la escuela u otras disponibles en redes como YouTube.
- Ejercicios de equilibrio y estimulación vestibular: caminar sobre barras, líneas trazadas en el piso o los bordes de las veredas, darse volantines, mecerse en una hamaca o columpio, etc.
- Ejercicios combinados para manos y pies como el juego del twister, que puede ser elaborado en casa con círculos de colores.
Compilado por Lcda. María Fernanda Peralta