La mayoría de padres de familia se han enfrentado más de una vez a situaciones embarazosas en supermercados, locales comerciales o en la calle; cuando sus hijos dan grandes espectáculos, se lanzan al piso o lloran descontroladamente frente alguna negativa a cumplir sus deseos. En ese momento, los padres se sienten avergonzados, enojados, impotentes, y/o ser el blanco de atracción de todas las personas; por lo que, terminan cediendo a todos los caprichos de sus hijos, para evitar el mal rato.
Si analizamos esta escena, se evidencia una clara ausencia de límites o normas de conducta que los padres deben establecer desde que sus hijos son pequeños, las cuales se alcanzan al respetar rutinas a la hora de comer, de jugar, de dormir ……..
La bibliografía afirma que los niños a los 2 años de edad experimentan una crisis entre el impulso por la autonomía y la dependencia, al querer tomar las riendas del mundo, al decidir, ser independientes, al intentar hacer cosas que no están dentro de sus habilidades, por lo que no saben cómo reaccionar cuando las cosas no salen como ellos lo suponían.
El sistema nervioso central de un niño de 2 años alcanza la madurez necesaria para poner en juego sus destrezas y desarrollar nuevos aprendizajes, sin embargo, no tiene la capacidad para detener su acción y voluntad ante un NO. A esta edad, un niño puede comenzar fácilmente una actividad, pero no puede dejar de hacerla, es por esto que, al iniciar una rabieta no puede salir de ella, provocando frustración y estrés.
Los 2 años además, es la edad del No la fase de negativismo y oposición que se caracteriza por la protesta a hacer lo solicitado. Es a esta edad en la que las rabietas suelen aparecer, sin embargo con un adecuado manejo de límites desaparecerá a los 4 años.
La psicóloga Begoña Ibarrola afirma que el origen de estas rabietas está en el establecimiento de los límites frente a la independencia que quieren experimentar los niños a esta edad, por lo que, deben aprender que su capacidad de actuar estará limitada por el adulto.
Son conductas en forma de lloros, gritos y movimientos incontrolados que suele aparecer en la infancia, como respuesta a necesidades o deseos que el niño no ve satisfechos. Son una descarga de emociones negativas (ira) que el niño no puede controlarlas y evidencian una falta de tolerancia a la frustración. Con la rabieta el niño intenta llamar la atención para obligar a los demás a satisfacer sus deseos. Vista desde este punto, las rabietas son manifestaciones normales dentro del desarrollo debido a la incapacidad del niño para expresar su frustración, tristeza enfado, miedo, sueño, hambre …., en tanto que no sean prolongadas, violentas o que persistan más allá de los 4 a 5 años.
Según Aletha Solter el origen de una rabieta se la puede agrupar en: necesidades básicas insatisfechas (hambre, sed, sueño…), vivir una situación nueva y/o necesidad de descargar o liberar tensiones, miedos o frustraciones presentes o pasadas. Los niños se aprovechan de cualquier situación para detonar una rabieta (enfado o angustia)
No existe un solo factor responsable para que suceda una rabita, pueden ser producidas por causas internas (enfermedades o trastórnanos del desarrollo) o externas (mal manejo de límites o estilos educativos diferentes entre papá y mamá o abuelos y padres). Las más comunes son:
American Academy of Pediatrics Los Berrinches y rabietas: un elemento normal del cremiento.
Ibarrola, Begoña. Resumen de la conferencia: LA EDUCACION EMOCIONAL EN LA ETAPA 0-3. 21ª jornada 10 de mayo del 2014
Menéndez, Isabel. Rabietas, parte de su evolución, conocerlas
MinesotaAssociationforChildren'sMental Health. Berrinches y rabietas Hojas informativas de la salud mental en la infancia temprana
Revista digital para profesionales de la enseñanza. Las rabietas en la etapa infantil Nº 17 noviembre 2011 ISNN 1989- 4023
Solter, Aletha. Llantos y rabietas, Cómo afrontar el llanto persistente en bebés y niños pequeñosISBN: 9788489778603. 2002. Editor: MEDICI; Edición: 1