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¿POR QUÉ MI HIJO SE COMPORTA ASÍ?

¿POR QUÉ MI HIJO SE COMPORTA ASÍ?


La mayoría de padres de familia se han enfrentado más de una vez a situaciones embarazosas en supermercados, locales comerciales o en la calle; cuando sus hijos dan grandes espectáculos, se lanzan al piso o lloran descontroladamente frente alguna negativa a cumplir sus deseos. En ese momento, los padres se sienten avergonzados, enojados, impotentes, y/o ser el blanco de atracción de todas las personas; por lo que, terminan cediendo a todos los caprichos de sus hijos, para evitar el mal rato.

Si analizamos esta escena, se evidencia una clara ausencia de límites o normas de conducta que los padres deben establecer desde que sus hijos son pequeños, las cuales se alcanzan al respetar rutinas a la hora de comer, de jugar, de dormir ……..

La bibliografía afirma que los niños a los 2 años de edad experimentan una crisis entre el impulso por la autonomía y la dependencia, al querer tomar las riendas del mundo, al decidir, ser independientes, al intentar hacer cosas que no están dentro de sus habilidades, por lo que no saben cómo reaccionar cuando las cosas no salen como ellos lo suponían.

El sistema nervioso central de un niño de 2 años alcanza la madurez necesaria para poner en juego sus destrezas y desarrollar nuevos aprendizajes, sin embargo, no tiene la capacidad   para detener su acción y voluntad ante un NO. A esta edad, un niño puede comenzar fácilmente una actividad, pero no puede dejar de hacerla, es por esto que, al iniciar  una rabieta no puede salir de ella, provocando frustración  y estrés.

Los 2 años además, es la edad del No la fase de negativismo y oposición que se caracteriza por la protesta a hacer lo solicitado. Es a esta edad en la que las rabietas suelen aparecer, sin embargo con un adecuado manejo de límites desaparecerá a los 4 años.

La psicóloga Begoña Ibarrola afirma que el origen de estas rabietas está en el establecimiento de los límites frente a la independencia que quieren experimentar los niños a esta edad, por lo que, deben aprender que su capacidad de actuar estará limitada por el adulto.

¿Qué son las rabietas o berrinches?

Son conductas en forma de lloros, gritos y movimientos incontrolados que suele aparecer en la infancia, como respuesta a necesidades o deseos que el niño no ve satisfechos. Son una descarga de emociones negativas (ira) que el niño no puede controlarlas y evidencian una falta de tolerancia a la frustración. Con la rabieta el niño intenta llamar la atención para obligar a los demás a satisfacer sus deseos. Vista desde este punto, las rabietas son manifestaciones normales dentro del desarrollo debido a la incapacidad del niño para expresar su frustración, tristeza enfado, miedo, sueño, hambre …., en tanto que no sean prolongadas, violentas  o que  persistan más allá de los 4 a 5 años.

Según Aletha Solter el origen de una rabieta se la puede agrupar en: necesidades básicas insatisfechas (hambre, sed, sueño…), vivir una situación nueva y/o necesidad de descargar o liberar tensiones, miedos o frustraciones presentes o pasadas.  Los niños se aprovechan de cualquier situación para detonar una rabieta (enfado o angustia)

No existe un solo factor responsable para que suceda una rabita, pueden ser producidas por causas internas (enfermedades o trastórnanos del desarrollo) o externas (mal manejo de límites o estilos educativos diferentes entre papá y mamá o abuelos y padres). Las más comunes son:

  • El desarrollo de la personalidad.
  • Inseguridad (resolver problemas de forma autónoma).
  • Dificultades en la comunicación (comprensión y expresión del lenguaje). Esta dificultad disminuye a los 3 años, edad en la que puede expresar sus sentimientos.
  • Enfermedades o problemas físicos que le impida expresar lo que siente.
  • Necesidades básicas no satisfechas (hambre, cansancio).
  • Estrés ante una situación nueva en el hogar.
  • Celos.
  • Ansiedad o incomodidad.
  • Obtención de beneficios, utiliza los berrinches para manipular su entorno y conseguir lo que quiere.
  • Padres no coherentes con los límites que establecen.
  • Imitación.
  • No puede hacer algunas cosas: correr, trepar, jugar, etc.

 

Frente a una rabieta un padre debe:

  • Conservar la calma ya que mientras más atención le dé a la conducta más probabilidades habrá que se repita.
  • Distraer su atención con una nueva actividad o una frase como: ¿escuchaste ese sonido?
  • Ignorar las demostraciones menores de enojo (llantos, gritos o patadas) permanecer junto al niño o sostenerlo sin hablar hasta que se calme, si no es posible mantener la calma aléjese del lugar.
  • No ignorar comportamientos como: patadas a los padres o a otra persona, golpes, lanzar las cosas de modo peligrosa, gritos o alaridos prolongados.
  • Retirar al niño del lugar para que se calme (tiempo fuera el mismo que se calcula otorgando un minuto por cada año de edad del niño.
  • Si su hijo tiene la edad suficiente, dé una explicación corta sobre lo que pasó y comentar qué podría hacer la próxima vez que se sienta así.
  • No ceder, no ofrecer recompensas para evitar que se presente la rabieta, de esta forma sabrá que no consigue nada con ese comportamiento.

 

¿Cómo evitar que aparezca una rabieta?

  • Establecer reglas claras y razonables que deben ser cumplidas con firmeza.
  • Ser comprensivo, paciente y cariñoso con su hijo, recuerde que las rabietas son parte de la edad.
  • Dar opciones a los niños para que elijan lo que quieren hacer, siendo los adultos los que establezcan los mismos (quieres ponerte la chompa con capucha o con cierre).
  • Limitar las frustraciones (anticipar las conductas y satisfacer necesidades básicas).
  • Mantener una rutina diaria para que sepa lo que le espera y si hay algún cambio, anticipar lo que se va a realizar o qué cambió o qué pasará.
  • Enseñar a su hijo a compartir, a esperar su turno, a utilizar el no o mío en lugar de golpear o morder.
  • Enseñar a su hijo a identificar cuándo se siente frustrado para que pueda pedir ayuda.
  • Evitar la fatiga, el cansancio en algunos niños hace que se irriten con facilidad. Puede ser que necesiten una siesta o un rato de tranquilidad.
  • Distraer a su hijo de actividades que conducen a una rabieta  (jugar con niños mayores o con juguetes avanzados para sus habilidades).
  • Evitar salidas muy prolongadas, o llevar juguetes, libros para que se entretengan mientras espera.
  • Animar a su niño a usar el lenguaje para expresar lo que siente, puede sugerirle algunas palabras para describir lo que está sintiendo (tienes hambre, estás enojado…).
  • Evitar decir no a todo lo que solicita su hijo. Se puede utilizar un cuando lo que requiere no es demasiado absurdo o inconveniente.
  • De un buen ejemplo.

 

BIBLIOGRAFÍA:

American Academy of Pediatrics Los Berrinches y rabietas: un elemento normal del cremiento.

Ibarrola, Begoña. Resumen de la conferencia: LA EDUCACION EMOCIONAL EN LA ETAPA 0-3. 21ª jornada 10 de mayo del 2014

Menéndez, Isabel. Rabietas, parte de su evolución, conocerlas

MinesotaAssociationforChildren'sMental Health. Berrinches y rabietas Hojas informativas de la salud mental en la infancia temprana

Revista digital para profesionales de la enseñanza. Las rabietas en la etapa infantil Nº 17 noviembre 2011 ISNN 1989- 4023

Solter, Aletha. Llantos y rabietas, Cómo afrontar el llanto persistente en bebés y niños pequeñosISBN: 9788489778603. 2002. Editor: MEDICI; Edición: 1

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